Claro esto que explicamos fue solo un pequeño ejemplo de lo que se puede lograr con un reverse proxy, sin embargo para ahondar en estos temas veremos los puntos fuertes del reverse proxy a continuación.
Configuración
La estructura que sigue el proceso cuando se utiliza el reverse proxy, es que se toma la petición del cliente y según su estructura la pasamos a otro servidor que hará el procesamiento correspondiente y finalmente Nginx devuelve la respuesta adecuada recibida de dicho servidor; estos servidores son llamados upstream servers, ya que solo se encargan de obtener parámetros de subida para procesamiento.
Veamos en la siguiente imagen como podemos trasladar todo esto a un archivo de configuración de Nginx:
Obviamente estos parámetros no son aptos para funcionar, pero podemos ver a que nos referimos, abrimos un bloque location y recibimos la petición, luego dentro de este le decimos con proxy_pass donde se encuentra nuestro upstream server y este recibirá la nueva petición de parte de Nginx, de forma que el usuario realmente no sepa que hay algo más detrás de lo que está viendo.
Veamos en la siguiente imagen una configuración que nos demuestra lo que hemos explicado:
En el primer bloque location vemos que estamos haciendo un llamado con una expresión regular y en el segundo bloque tenemos una directiva rewrite que hace un match con el parámetro que acompañe a la petición por el URL.
Finalizando este tutorial podemos decir que sea cual sea la situación Nginx hace un trabajo excepcional, con funcionalidades como el reverse proxy, permitiendo traer nueva vida a nuestros desarrollos e infraestructuras.