Los cambios de infraestructura siempre son difíciles de asimilar, la logística que implican y el capital que requiere es algo que nos puede dejar pensativos y hasta retractarnos de querer actualizar nuestros equipos y servicios.

Pero el miedo es un mal consejero, así que aunque parezca una tarea imposible, hay pequeñas cosas que son muy significativas para lograr nuestros objetivos y darle un impulso a nuestra tecnología.

Tenemos que tomar en cuenta algunos puntos que vamos a describir a continuación para que podamos hacer una planificación adecuada de actualización de nuestra infraestructura, de forma que podamos deshacernos del miedo que podamos sentir y asumir el reto.

Hacer un inventario de nuestra infraestructura

Debemos empezar por saber que tenemos, para ello debemos realizar un inventario. Necesitamos contabilizar la cantidad de equipos, su tiempo de vida y el tiempo de vida que esperamos que aún le quede, también saber si es posible actualizarlos y que tipo de tecnología moderna no soportan, como por ejemplo virtualización o tipos de discos aceptados.

Con ello lograremos saber que tan grave estamos a nivel de modernidad en nuestros equipos, también podremos darnos cuenta que vamos a necesitar cambiar, las probabilidades son que tal vez solo haya que actualizar algunos componentes, aunque en casos extremos habrá que comprar una nueva flota de equipos.

Entender nuestra capacidad humana

Ya que sabemos con que contamos a nivel de hardware, debemos saber cuál es nuestra capacidad y nuestro poder de recursos humanos, ya que de nada servirá actualizar si ningún miembro de nuestro equipo conoce las nuevas tecnologías.

En caso que pase el peor escenario y no tengamos capacidad humana de implementar nuevas tecnologías debemos empezar por capacitar a nuestros recursos existentes y tal vez pensar en incorporar nuevos miembros al equipo. Es muy importante acoplar un buen equipo ya que de ello depende el éxito que tengamos en la actualización en general.

Hacer un plan adecuado

Ya sabemos con que contamos en el aspecto físico y humano, el siguiente paso es hacer un plan para desplegar nuestros cambios, aquí debemos tomar en cuenta el mediano y largo plazo, en caso que no haya una urgencia de corto plazo.

Debemos tomar en cuenta las proyecciones tecnológicas, pero también hay que tomar en cuenta cómo afectará esto a nuestros clientes y empleados, además del costo monetario, que presupuesto tendremos, etc.

Con estas variables en mente veremos que hacer el plan de actualización se vuelve más complejo, pero las posibilidades de que sea exitoso aumentan, esto es gracias al mayor conocimiento que tendremos de nuestra situación y las posibles acciones a tomar.